jueves, 18 de junio de 2015

Panna Cotta de queso


Éste domingo a las 18:38h entra el verano...y nada mejor para celebrarlo que aprovechar las últimas frutas de primavera que tenemos a mano para preparar un postre tan delicioso como adictivo, la panna cotta.

Pensaréis que soy una pesada, pero nunca me cansaré de repetirlo, para conseguir los mejores resultados en cualquier plato, necesitáis los mejores ingredientes, así que aunque valgan un poco más caros...definitivamente valdrá la pena. Buscadlos los más frescos posible, no vale comprar la fruta hoy para hacerlo dentro de una semana...como mucho para usarla al día siguiente!!!  Y por supuesto, si es de producción ecológica mejor, no sólo por el sabor sino por vuestra salud, que es lo más importante.

Afortunadamente, las moras que vamos a usar son de cosecha propia, con lo que nos aseguramos que son las mejores, cogidas en su punto de maduración y totalmente de agricultura ecológica 100%. Las nuestras son de zarzas salvajes, las podéis cultivar en el patio de casa si tenéis, no necesitan cuidados y son del tipo enredadera...lo único que debéis saber es que si a vosotros os gustan las moras, a los pájaros también, así que tendréis fiera competencia en cuanto empiecen a madurar jajajjaja bueno éso, y que tienen pinchos, las ramas tienen más espinas que los rosales, así que cuidado a la hora de manipularlas.


Hay que cogerlas cuando están completamente negras que es cuando están maduras, cuando están pintonas aún son ácidas. O éso o las vas a buscar a la tienda...pero ya no sabes cuántos días llevan cogidas ni cuántos pesticidas les puedan haber echado, así que mejor de una tienda ecológica. 

Además de moras, podéis usar cualquier otro fruto rojo que os guste o que tengáis a mano. Mucha gente prefiere frambuesas porque no tienen semillitas como las moras, o fresas...también podéis usar una mezcla de varios, combina con cualquier fruto rojo.

La panna cotta es un postre italiano de la región del Piamonte que es una mezcla entre un flan y una gelatina. La traducción literal sería 'nata cocida', y es que la nata es el ingrediente principal de esta receta. Básicamente se trata de cocer la nata con azúcar (y algún aroma opcional), para añadirle después un gelificante. Se suele servir con frutos rojos, pero probadla con salsa de chocolate o crema de café...de nada.

La versión que os presentamos hoy no es la básica, es la PREMIUM jajaja pero no os preocupéis, es tan fácil de hacer que os sorprenderéis. Me comentaban que ésta receta salió en un programa de TV y que los cocineros no conseguían que se cuajara...no sé qué programa es porque no veo la TV nunca, pero os aseguro que no tiene complicación alguna. ¿Cuántos valientes por aquí?


Ingredientes: (para 8-10 raciones pequeñas)
  • 1/2 litro de nata
  • 100-125g queso mascarpone
  • 6 hojas de gelatina
  • 1 vaina de vainilla
  • 4 cucharadas de azúcar
Versión vegana: cambia la nata por leche de soja, almendras o arroz y usa gelatinas vegetales, el queso lo puedes obviar, tendrás la panna cotta básica pero vegana ;) 
Salsa de moras:
  • 250g Moras
  • 1 ó 2 cucharadas de azúcar
  • 1 corteza de limón

Lo primero que vamos a hacer es poner a hidratar la gelatina. Suele venir en paquetes de unas 10 ó 12 hojas, dependiendo de la marca. Para ésta cantidad sólo necesitaremos 6 y las dejaremos a remojo en un cuenco lo suficientemente grande como para que queden completamente sumergidas en agua. 

En una cacerola pondremos la nata y el queso mascarpone. También podéis usar cualquier otro queso crema que os guste siempre que no tenga nada de sal. El requesón puede valer.



Añadiremos la vaina de vainilla partida por la mitad, así nos aseguramos que infusione bien y deje todo el sabor. El azúcar es un poco a gusto, nosotros añadimos 4 cucharadas soperas no demasiado colmadas para esa cantidad, pero una vez todo amalgamado podéis probarlo y rectificar a vuestro gusto.
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Pondremos la mezcla a fuego medio hasta que se derrita el queso y el azúcar quede completamente disuelta. Lo mantendremos al calor unos minutos para asegurarnos que la vainilla impregne bien todo de sabor, pero cuidado que no hierva, se os puede salir de la cacerola y podéis quemaros. 


Cuando os guste cómo esté de sabor, lo retiramos del fuego, extraemos la vaina de vainilla y añadimos la gelatina que ya se habrá hidratado bien. Al entrar en contacto con la mezcla caliente, se fundirá en seguida, así que tenemos que mezclarlo todo muy bien para asegurarnos que quede bien homogénea la mezcla.

Ya sólo queda rellenar los moldes. Si removéis un poco la masa cada vez mejor, porque las semillitas de vainilla se van asentando, así queda mejor repartido. Podéis usar moldes de flan, como nosotras, para desmoldar después, o en vasitos de cristal transparentes y servir diréctamente de ahí. Con las cantidades que os decimos salen unas 8-10 raciones, dependiendo del tamaño del recipiente que escojáis...si os parecen muchas, esperad a probarlo porque lo mismo cambiáis de opinión. 


Una vez atemperados los moldes, los tapáis bien que no salga costra, y los ponéis en la nevera a enfriar bien, un mínimo de 4 a 5h de buen frío, mejor si lo hacéis de un día para otro. 

Mientras se enfrían los moldes, prepararemos la salsa. En realidad no es necesario, porque podéis servirlo directamente con la fruta fresca y queda genial, pero así se puede conservar una semanita en el frigorífico sin que se estropee.

En una cacerola a fuego medio pondremos las moras lavadas con un trocito de cáscara de limón y una buena cucharada de azúcar. No se trata de hacer una mermelada, sino de potenciar el sabor de las moras y evitar la oxidación posterior en el plazo que las gastáis. 


En unos minutos la fruta empezará a deshacerse y estará lista. Os recuerdo que si queréis hacer confitura, debéis añadir el mismo peso de fruta que de azúcar, y si es mermelada, la mitad de azúcar que de fruta. Si piensas gastar todo inmediatamente, no es necesario hacer la salsa, puedes triturarlas un poco directamente en fresco o servirlas tal cual...estará delicioso igualmente.


Es importante que dejes enfriar también bien la salsa, así que una vez atemperada guárdala también en el frigorífico.

Para servir, si usas recipientes transparentes no tienes problemas, sólo añadir un poco de la salsa o la fruta por encima y listo, pero si usas moldes, como cualquier otra gelatina, necesitarás sumergir el molde en agua caliente para fundir los bordes y se desprenderá fácilmente, pero no te pases de tiempo que se derrite. 


¡Venga! ¡Demostrad a los de la TV que podéis hacerlo mejor!

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