Estamos en el ecuador del especial #miverduracongelada y hoy os traigo una receta a la que tengo mucho cariño porque fue de las primeras que aprendi de mi abuela con 6 ó 7 años. De mi abuela Mercedes he heredado en nombre, las piernas, lo mal hablada y el cocineteo.
En casa teníamos una hornilla de gas gigante (para nuestro tamaño) y mi madre no nos dejaba acercarnos, pero cuando íbamos a casa de la abuela...éso era el despipote!! La becaria y yo lo esculcábamos todo, pero todo. Nos disfrazábamos con lo que encontrabamos por los armarios, tacones y maquillajes incluídos. Así lo mismo salíamos a la calle que estábamos en el patio dando de comer a los pollitos...y ese plan era el que se presentaba todos los días (que mi madre nos dejaba bajar claro).