jueves, 30 de octubre de 2014

Especial Halloween 2014: Terrific Cookies



Terrific que no terrorific, porque aunque tengan pinta de terrorific (que dan susto), son terrific (que están de muerte). Mi vena teacher... que la saco de vez en cuando, la carrera me tenía que servir para algo.

Unas galletas muy ricas y para hacerlas sólo necesitaréis.. paciencia. Si las hacéis con niños, seguro que les encantará ayudarte.

Hoy os voy a contar la historia de los disfraces de Halloween, que en un principio no tenían nada que ver con los que vemos hoy en día por las calles, y es que los de antes sí que daban cague, para muestra un dedal: 







Pero...¿por qué se vestían así? El primer día os conté que además de celebrar la recogida de la cosecha, era el comienzo de la época oscura, y en esas fechas era cuando la línea de separación entre este mundo y el otro se acercaba y los espíritus vagaban libremente por la tierra. Espíritus buenos y malos mezclados. A los espíritus de ancestros se les agasajaba con comidas y ofrendas, de ahí vienen los 'soul cakes' o el origen de los dulces que se piden y se dan en Halloween, eran unos panes con pasas que se les daban a los mendigos para que rezaran por el alma de los difuntos. Pero a los malos había que ahuyentarlos porque se llevaban consigo a las almas de todo el que pillaran en la calle y la forma de confundirlos era disfrazándose de uno de ellos, así pasabas desapercibido y no te llevaban.

En realidad los primeros disfraces fueron con pieles de animales sacrificados y coágulos de sangre, con las cenizas y los restos de los sacrificios hacían un ritual para adivinar los meses venideros.  Pero, ¿quiénes eran los que estaban en la calle? ¿a esas horas? ¿haciendo ese tipo de cosas? Pues los druidas chungos, que se reunían para celebrar el Sabbath, la fiesta de las brujas, y hacían ofrendas al diablo, el señor de la muerte. Evidentemente la cosa se fue modernizando un poco, a parte porque si la iglesia te pillaba haciendo 'brujería' no te iban a hacer cosquillas precisamente.



No pienses que vistiéndote de bruja ni de zombie te vas a librar de los espíritus, a ver si te crees que un espíritu malo de verdad no cala a un walking dead falso a una tripa de distancia...lo único que os salva es que ya no hay almas que llevarse, porque las hemos vendido todas a los banqueros y políticos. El padre de todos los banqueros y políticos debe ser nuestro amigo Jack...y os recuerdo que a ése no lo quieren ni en el cielo ni en el infierno.

Mañana convergeremos todas las historias y la compararemos con la tradición española, lo mismo os lleváis una sorpresa, pero por ahora cedo la palabra a mi calabacita, que os va a contar cómo hacer la receta de hoy, algo más elaborada pero muy fácil y divertida, sobre todo para hacer con niños:

Holaaaaaaaaaa, aquí al habla la calabacita, según mi hermana... cuando la pille se va a enterar...

Para hacer nuestras galletas de mantequilla, y el truco es el siguiente... : ¡Son iguales que nuestra masa quebrada! Hace unos días os enseñamos a hacer vuestra masa quebrada casera, pues bien, nuestras galletas de mantequilla son exactamente iguales, lo único que doblaremos la cantidad para tener más masa, y, además, como las vamos a decorar con una cubierta de fondant, lo que haremos será no echarle azúcar, o si queréis echarle, que sea muy poquito, ya que el fondant tiene azúcar por un tubo, no ser que queráis morir por sobredosis...

Bueno, nosotras hemos cortado nuestras galletas con unos cortadores con formas especiales de halloween, si no tenéis siempre podéis recortaros en papel algún molde, situarlo sobre la masa y cortar con un cuchillito.



Podéis decorar las galletas de muchas formas, con chocolate, con glasa, que ya las haremos otro día, pero hoy las vamos a decorar con fondant.

Ingredientes: 
  • Fondant
  • Colorante (Líquido, gel o pasta)
  • Maizena
  • Margarina o manteca vegetal

El fondant blanco, con lo de moda que se ha puesto ahora el tema, lo podréis encontrar en casi cualquier supermercado o tienda especializada, y el colorante más de lo mismo. 



Existen varios tipos de colorantes: en Líquido, en Gel o en Pasta. ¿La diferencia? Con el líquido necesitaréis mucha cantidad para conseguir un tono fuerte. El gel, que es el que nosotros hemos comprado, no es necesario echar tanta cantidad como el líquido. Y el de Pasta es, de los tres, el más concentrado, con lo cual solo necesitaréis una pizca para conseguir un tono fuerte.

Los colorantes en Líquido y Gel los suelen vender en pack de 3 o 4 botecitos pequeños, dependiendo de la tienda donde los compréis pueden variar de entre 3€ o 4€. El colorante en Pasta lo podrás encontrar en votes individuales o en packs, y cada color suele valer unos 2€ o 3€. Si tenéis pensamiento de usar a menudo el colorante o necesitáis mucho, sin duda os recomiendo que os busquéis en pasta, ya que os durará mucho más.

Suelen venir en paquetitos de 3 o 4 colores: Azul, Rojo/Magenta, Amarillo y Verde. Teniendo estos colores podréis mezclarlos para conseguir otros.

Si sólo necesitáis un color en concreto también cabe la posibilidad de comprar el fondant de ese color, pero seguramente tenga que ser en una tienda especializada.

Una vez tenemos preparado nuestro fondant y nuestro colorante, sólo tendrémos que cortar la cantidad de fondant que necesitemos, echarle tantas gotas de color según si lo queremos pálido o fuerte 


Para mezclar bien el fondant os recomiendo que os untéis un poco las manos con margarina o manteca vegetal, ya que el gel hará que el fondant cambie su consistencia un poco y coja textura de chicle, lo que hará que se os pegue mucho en las manos. 

Cuando tengamos el color que queramos, para amasarlo sobre la tabla o mesa donde estemos trabajando, esparciremos un poco de harina de trigo o maizena sobre la zona, para que no se nos pegue. Intentad evitar que se manche mucho de maizena por la cara de fuera, es decir, la cara que finalmente quedará visible sobre la galleta, ya que si no tenemos algún spry o algo para dejarlo brillante quedará un poco feo.


Una vez lo tengamos bien estirado, que no tenga un grosor muy grande, con los mismos moldes que cortamos nuestras galletas cortaremos el fondant, para que encajen perfectas. Luego, para que se queden sobre nuestra galleta sin que se nos mueva o caigan, mojaremos nuestro dedo con un poquito de agua y lo pasaremos por nuestra galleta. 

AVISO: El agua es el peor enemigo del fontant, tened mucho cuidado.

Luego para terminar podéis usar chocolate fundido o pepitas de chocolate para hacer algunas de los detalles como los ojos de nuestros fantasmas, o los ojos y la boca de las calabazas, o incluso manchar un poquito con colorante rojo la punta de un palillo de dientes y hacer los detalles de los colmillos sangrientos de los murciélagos.


Esperamos que os gusten estas galletas y que disfrutéis haciéndolas tanto como nosotras. Mañana ya será nuestra última entrega de este Especial de Halloween, ¡así que estad atentos!




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