lunes, 27 de octubre de 2014

Especial Halloween 2014: Calabaza embrujada


Para toda esta semana hemos decidido hacer un especial, pero no debéis preocuparos mucho, no son recetas elaboradas o apenas elaboradas, más bien son ideas para montar ingredientes que ya vienen preparados, entre otras cosas porque aún no os hemos enseñado a prepararlos de base y ya me habéis contado algunos que aún estáis en la fase de 'pelar papas'.

Muchos de vosotros no sabéis que en realidad soy profe de Inglés y como tal me siento en la tremenda obligación de explicar el origen de Halloween. Aunque no ejerzo como profesora en la actualidad por varios motivos, entre ellos el de no salir en las noticias por asesinato múltiple y preservar la poca salud mental que me queda, de vez en cuando me entran ganas de coger a cierta manada que habla sin saber sobre cosas que ni se molesta en investigar y darles una de mis clases especiales.

Tampoco os preocupéis demasiado, no os voy a dar la materia de un cuatrimestre de mi licenciatura ni mucho menos, sólo os haré una pequeña introducción de algunos datos para que por fin os enteréis que NO, repito NO, requeterepito NO, NO NONONONONONO es una tradición americana y al próximo que escuche decir que es una fiesta americana le corto la lengua, me va a dar igual no poder ver la sangre, lo resistiré porque será un castigo justo y 'er zeñó me perdona'.

Hallowen es una derivación del escocés para definir el All Hallows' Eve, que en castellano es la víspera de todos los santos. Sin embargo, su origen no es religioso sino pagano. Explicar por qué la religión se apropiaba de fiestas paganas, haría que blogger nos expulsara por superar el espacio de almacenamiento permitido, además de ganarnos bastantes antifans (religiosos), y aunque no sea por fardar, mi matrícula de honor (y de la becaria también) en la asignatura de Fé y Cultura por nuestro súpertrabajo que no había anillas que llegaran a encuadernarlo, nos da el poder de crítica con conocimiento que ningún antifan religioso podría rebatir. 


Estabamos en que su origen es pagano, que me emociono, y tiene su origen en la festividad celta del Samhain. Es una palabra del irlandés antiguo y significa fin del verano, así que lo que se celebraba era el recogido de las cosechas y la preparación del invierno que estaba por llegar. Incluso cuando los romanos invadieron la isla, asimilaron la celebración, pasando a ser la fiesta de la cosecha en honor de la diosa Pomona, la diosa de los árboles frutales.


Pero además, el Samhain se consideraba como el Año Nuevo Celta, acababa la estación de verano y empezaba la estación oscura...aquí es ya donde entran los fantasmas. Como buenos supersticiosos, los celtas creían que la línea que separaba este mundo del otro mundo, se estrechaba con la llegada del Samahin, permitiendo que los espíritus, buenos y malos, vagaran libremente por nuestro mundo toda esa noche. Y hasta aquí el tostón de historia por hoy, si quieres saber lo que les pasaba a los espíritus...mañana más, pero por lo pronto, os dejamos con una idea receta para vuestra cena de Halloween, una calabaza que gustará a todos sin duda. La calabaza es prácticamente la insignia clave de la fiesta, y la culpa de que sea una calabaza esta vez sí que la tienen los americanos, pero esa historia también para próximos capítulos.  


Ingredientes:
  • 250g queso crema
  • 1 cucharadita ajo seco
  • 1 cucharadita de pimienta molida
  • 4-5 lonchas de queso cheddar
  • 1 pimiento verde
  • Opcional: zanahoria, endivias, apio, regañas, piquitos, tostadas, ...



Nosotras hemos optado por queso crema básico, pero si lo compráis ya aliñado de los muchos sabores que ya hay en el mercado, éso que adelantáis. Tampoco es obligatorio añadir más ingredientes si os gusta el sabor del queso básico, sobre todo si lo van a comer niños, que ya se sabe que son más delicados para ciertos sabores. Al nuestro le hemos añadido ajo seco y premix de pimienta molida, pero también puedes añadirle hierbas como eneldo u orégano, o verduras y frutas muy picaditas: cebolleta, manzana, piña, ... el límite está en vuestro gusto y sobre todo la imaginación.



Una vez tengamos nuestro queso listo, lo vamos a poner sobre un papel film y lo vamos a envolver dándole forma redondeada, lo que más se asemeje a una calabaza que podáis. Lo vamos a dejar en el congelador unos 10-15 minutos, es el tiempo que más o menos necesita para que se despegue fácilmente del papel film pero sin estar congelado. Ojo con no olvidarse, que no se tiene que congelar en ningún momento, sólo endurecerse rápido. 


Mientras se enfría nuestro queso, prepararemos el resto de ingredientes. Como no he encontrado queso cheddar rallado, tengo que picarlo muy pequeñito. El cheddar es un queso de vaca, de leche pasteurizada y sabor un pelín agrio pero suave, es bastante cremoso. El nombre le viene de la villa de Cheddar donde se originó, en Inglaterra. Aunque cada vez en más fácil encontrarlo, hace unos años no lo era tanto. Por si alguno aún no lo sabe, es el queso que llevan las archifamosas hamburguesas de la archifamosa cadena de comida rápida y de la que soy archienemiga. 

Ahora vamos a preparar el acompañamiento, porque comérselo a cucharadas no es plan aunque se pueda, ya vosotros veréis. Necesitamos reservar el rabito del pimiento, así que para no desperdiciar la carne, vamos a cortarlo en bastoncitos junto con unas zanahorias y servirlos como crudités. También añadiremos unos piquitos, regañas, tostadas, ... lo que os guste.




A estas alturas nuestro queso ya debe estar durito, así que con cuidado le quitamos el envoltorio y lo cubrimos todo con el cheddar picadito, rectificando la forma si fuera necesario, y le pondremos el rabito del pimiento. Ya sólo nos queda servirlo con nuestros acompañamientos y tendremos una magnífica calabaza de aperitivo. ¿Fácil no? Mañana otra idea y más historia, ¡no os lo perdáis!





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