jueves, 11 de diciembre de 2014

Eggnog


Ya llegó ésa época del año que tanto le gusta a la gente y tan poco me gusta a mí...la dichosa Navidad. Virutas de espumillón y brillantillas por la alfombra, el belén cogiendo polvo, el mismo villancico en la puerta de la tienda con el replay puesto y las luces por las calles, que si os creíais que lo de cambiar el horario era para ahorrar energía... que sepáis que os están trolleando. Es la época de que te feliciten las fiestas hasta los que no se acuerdan de ti en todo el año, comer más de lo que debes y gastar más de lo que puedes, pero todo se permite porque es Navidad....wiiiiiiii!!!! (inserte aquí grumpy cat).

El primer año de vivir sola fue la repera: por fín!!!!!!!!!!!!!...ni un sólo adorno de navidad!! El segundo año la becaria me coló el arbolito. El tercer año la becaria me cambió los adornos del arbolito y usó los antiguos para adornar la entrada de casa.Y este año...este año además me ha colado el belén!!! (inserte aquí 2 grumpy cats). Miedo me da lo que me pueda encontrar el año que viene...



La historia de las Navidades es del estilo a las de Halloween, que la iglesia cambió las fechas como le vino bien para quitarse de enmedio los guateques paganos, ¡con lo que molan! Pero como andamos algo ajustadas de tiempo entre mis estudios y la grabación del disco de la calabacita, éste año no habrá especial de Navidad como lo hubo en Halloween, lo dejaremos para el año que viene. A cambio, hemos reajustado las recetas que teníamos preparadas y durante todo este mes estarán orientadas a las fiestas.

Ya os enseñamos la semana pasada cómo preparar unas estupendas trufas caseras para agasajar a vuestros invitados o pillar una empachera tú solit@ viendo la TV tranquilamente. En esta ocasión os vamos a enseñar a hacer un licor típico de las fiestas.


La bebida de Eggnog tiene su origen en el medievo europeo y se consume durante todas las navidades y año nuevo. Los ingredientes principales no han variado desde entonces, que son los huevos y la leche, pero sí que se han ido añadiendo otros conforme se fue extendiendo a otras zonas. Actualmente es muy consumido en Norte América, donde lo puedes comprar hasta en tetrabrik en los supermercados. También los hay sin alcohol, pero evidentemente el tiempo de consumo es a lo sumo una semana guardándolo siempre en frío. En Sudamérica lo llaman caspiroleta y aquí a lo mejor lo has escuchado como ponche de huevo.


Hay diferentes versiones, pero os voy a enseñar a hacer la que se cocina. Aunque lleve alcohol, nunca me he fiado de la que va sin cocinar habiendo huevos de por medio. Ahora va a hacer dos años de que hiciéramos el primer taller gastronómico para súper-novatos: invadimos la cocina de mi hermanito el pata chula y estuvimos unas 9 horas a piñón fijo donde los alumnos aprendieron a bailar el Gangnam Style, a hacer 4 tipos diferentes de cupcakes, 4 de sushi, tamago, verduras y el licor que os traigo hoy. Hay fotos por facebook para el que lo quiera recordar: absolutamente todos los platos los hicieron ellos, repartiéndose las tareas según las explicaciones que íbamos dando y cooperando en todo momento. Además, después hubo degustación, que era lo más importante, y se repartieron lo que quedó para que lo probaran en casa. Tomaron notas de todo e hicieron infinidad de fotografías: preparación de los ingredientes, aliños, cocciones, rellenos, adornos, montajes...a fecha de hoy todos seguimos vivos, así que os garantizo que este licor no es venenoso.


Tiempo: 5min.
Dificultad: fácil.
Ingredientes (para 1L aprox):
  • 5 huevos
  • 1 vaso leche
  • 1 y 1/2 vaso de nata baja en grasa
  • 2 vaso bourbon (en su defecto 1 de ron y 1 de whisky)
  • 1 vaso de azúcar o el equivalente en edulcorante apto para cocinar.
  • 1 rama de canela
  • 1 vaina de vainilla
  • 1 cucharada sopera de nuez moscada molida
  • 4-5 clavos de comer

Opción: si quieres hacerlo vegano, debes sustituir los huevos, la nata y la leche por leche de coco o de almendras.


En una cacerola a fuego medio alto, vamos a poner la leche y la mitad de la nata con el azúcar, la rama de canela y la vaina de vainilla partida. Lo vamos a dejar que infusione bien hasta que hierva, se derrita bien todo el azúcar y las especias vayan soltando todos los aromas.

A parte, separamos las yemas de las claras, que reservaremos, y trituramos bien el clavo.





Tenemos que batir bien las yemas con el resto de la nata y ahora es el momento de volver a la cacerola. Bajamos el fuego al mínimo y cuando deje de hervir, iremos añadiendo las yemas poco a poco sin dejar de remover. Tiene que incorporarse todo bien y espesar ligeramente, pero nunca que rompa de nuevo a hervir, se nos puede cortar la mezcla, por éso es importante que el fuego esté al mínimo. Añadimos el clavo machacado y la nuez moscada molida, mezclamos bien y paramos el fuego.

Hasta aquí tenemos la versión no alcohólica si es que lo van a tomar niños y puedes guardarla en la nevera durante varios días. Pero si te va la marcha...es el momento de añadir el alcohol. El bourbon es un destilado de la familia de los whiskys, pero más aromático y de sabor más dulzón. Si no tienes o no te queda, como es mi caso hoy, se mezcla al 50% ron y whisky... et voilá, c'est fini. Ya sólo embotellarlo con ayuda de un embudo y a conservar.


Hay varias formas de servirlo, pero recuerda agitar bien antes porque las especias se asientan. Puedes probarlas todas hasta encontrar tu preferida: muy frío en chupitos; caliente con leche, café o té; o como nosotros en esta ocasión, templado con las claras montadas en merengue y espolvoreado con nuez moscada. Si no usas las claras para servirlo, puedes hacer con ellas macarons o las maceticas que ya te enseñamos a hacer. ¿Qué no sabes hacer macarons? ¡pues atento a próximas entradas!





Además de como licor para tomar solo o acompañando otras bebidas, también es una estupenda base para recetas de pasteles, helados, torrijas, tortitas, galletas, cremas de relleno...os enseñaremos a hacer muchas de ellas. Por el contenido en alcohol y azúcar, no necesita conservación específica en frío y puede durar mucho tiempo...he leído que hasta años, pero como en casa se gasta a lo sumo en un par de meses, no os lo puedo asegurar jajajja.

Esperamos que os guste y nos vemos la semana que viene con otra receta navideña y mi grumpy cat.












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