Estas galletas posiblemente sean unas de mis perdiciones. De todas las galletas existentes, me quedo con las de mantequilla sin dudarlo, así que quiero compartir esta deliciosa receta al estilo danesa con vosotros.
Mi yo de pequeña lloraba de felicidad cada vez que venían a visitarnos a casa y traían estas cajitas como regalo. Era como una caja llena de oro. Duraban apenas unos días ya que me comía sólo una... detrás de otra. Mis padres y mis hermanas siempre han tenido más fuerza de voluntad que yo. Cuando se acababan se convertía en una caja para guardar cualquier cosa menos galletas. Así que si crees que eras el único que se desilusionaba cuando las abría pensando en encontrar deliciosas galletas y de pronto se encontraba un montón de cosas de costura... no.. no estabas solo. Han jugado con nuestros sentimientos desde tiempos inmemoriales.