jueves, 14 de agosto de 2014

Sopa fría de Pepino



Jamás sabréis lo que es calor hasta que no sobreviváis a un día de terral en Málaga. 'Er terrá', como le llamamos aquí,  es capaz de hacer desfallecer hasta a los camellos del desierto, pero si lo superas te convalidan 5º de tuareg y ponen tu voz en los GPS de los coches del París-Dakar: a 200 m gire a la derecha, que te vá comé la duna y te vá llená to la boca arena so malahe!!
Tras años de observación y después de unos cuantos litros de blanco y negro de Casa Mira, he llegado a la conclusión que los auténticos boquerones hemos evolucionado genéticamente para adaptarnos al fuego infernal que desprende la calle y por eso pusimos la feria en Agosto, para reirnos de los guiris incáutos y canis que salen en pleno terral con tangalón y sujetador arremangado ellas o sin camiseta ellos...si te quieres freír, es la forma más efectiva de 'haser un poquito er polla', porque en días así hay que salir con pantalón largo y media manga. Sudas, sí, pero la humedad se mantiene en el cuerpo y en cuanto pillas sombra la brisa te da un respiro, si no preparate a acartonarte, te vas a quedar más precioso que un dementor.

Así que para sobrellevar estos días los que nos estáis acostumbrados, es imprescindible beber muchos líquidos, añadir un poco más de sal a la comida de lo normal y evitar salir en horas puntas de calor, sobre todo personas mayores y niños pequeños, además de personas con problemas respiratorios... que al gobierno le conviene que nos muramos pronto para no pagar pensiones, pero nosotros nada más para dar por saco...de 100 años en adelante como mínimo.

Además del gazpacho típico del verano, en Málaga tenemos el ajoblanco, pero tampoco debemos olvidar que tenemos acceso a recetas antiquísimas de la cuenca Mediterránea y que muchas veces no probamos por desconocimiento o por pereza,  así que hoy os traigo una variante de la tzatziki griega. Es una variante porque en vez de usarla espesa como salsa para acompañar otros platos, nos va a servir de entrante con cuchara o bebido, servido muy frío.


Ingredientes (para 1 litro aprox.):
  • 2 ó 3 pepinos medianos
  • 1/2 litro yogur griego light
  • 1 limón
  • 1 ramita de hierbabuena o menta
  • 1 diente de ajo grande
  • agua fría
  • aceite de oliva virgen extra
  • pimienta molida
  • sal

El pepino tiene muchas propiedades beneficiosas para nuestro organismo, pero lo que más nos interesa en esta receta es su alto contenido en agua, que nos va a ayudar a hidratarnos. Si no eres aficionado a comer pepino, aquí puedes leer 15 razones entre otras muchas por las que deberías consumirlo.

La preparación es extremadamente sencilla y aunque se puede hacer en el momento de servir, puedes tenerlo ya hecho en la nevera con antelación, además que se conserva perfectamente durante varios días.




Limpiaremos los pepinos, pelándolos y deshaciéndonos de la parte amarga (la que pega al tallo), pero reservamos unas cuantas rodajas para la presentación. No es necesario quitar la semillas para esta receta. Una vez troceados y limpios sólo tenemos que añadir el resto de ingredientes (menos el agua) y triturar todo muy bien: el yogur, el zumo de limón, las hojas de hierbabuena sin el tallo (también reservaremos algunas para la presentación), el ajo, sal y pimienta a gusto. Yo he usado yogur griego ligero porque me gusta mucho la textura cremosa, pero podéis usar yogur normal, el que más os guste siempre que sea natural no endulzado. También prefiero hierbabuena a la menta, porque el sabor es más suave, pero podéis usar la que queráis.




Una vez todo bien triturado, iremos añadiendo agua fría y removiendo hasta conseguir una textura bebible similar a la del gazpacho y rectificaremos de sal si hiciera falta. Las cantidades de sal, especias y ácidos (limones, vinagres...) es algo muy personal y no suelo ponerlas exactas porque dependerá del gusto de cada uno: yo me como los limones solos, mis ensaladas nadan en vinagre y soy adicta al picante; mi padre le pone sal a la sal y a mi madre todo le resulta sabroso aunque no tenga sal, así que ya os podéis imaginar el show a la hora del almuerzo todos los días...


Bueno, que me subo a La Maroma, lo tenemos todo bien trituradito y frío en la nevera, así que ahora toca servirlo. Lo pondremos en tazones o platos soperos y lo adornamos con las rodajas de pepino y la hierbabuena que hemos reservado, un chorrito de aceite de oliva y listo. Como opcional, si quieres hacerlo un plato más completo o para servir como plato único para una cena por ejemplo,  podemos añadir semillas de sésamo o nueces troceadas. Si vas a servirlo para invitados, que ya se sabe que se ponen a charlar y va pasando el tiempo, además de conseguir una presentación más cuidada, conservará el frío si lo rodeas de hielo.



Esperamos que disfrutéis mucho de esta combinación tan refrescante de sabores, os recuerdo que por sus ingredientes también os aportarán muchos beneficios para esos cuerpos serranos (a los niños: comed pepinos...que lo que se come se cría!!!!). Y no olvidéis enviarnos vuestras fotos si lo probáis en casa, se publicarán para que todos vean el master chef que lleváis dentro.



2 comentarios:

  1. Una sopa, sana y deliciosa!!
    Gracias por compartirla, con ese paso a paso que tanto se agradece y esas fotos tan espectaculares.
    Un saludo

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  2. Que delicia y que fresca! Sopa de pepino, yum!

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